En pleno siglo XX, en 1926 el Gobierno Mexicano desató una crudelísima y extensa persecución religiosa en contra de la Iglesia Católica.
Obispos, Sacerdotes y Laicos, respondieron heroicamente cada quien en su puesto, para defender la Fe del pueblo mexicano. La sevicia de las tropas Callistas fue inaudita. El odio a la Iglesia incomprensible. Y miles de Católicos ofrendaron sus vidas por Cristo Rey.
El Santo Padre Juan Pablo II, que también sufrió en carne propia la persecución tanto de los nazis como de los comunistas, quiso acelerar la Canonización de tan sólo algunos de aquellos que sin haber tomado las armas, fueron asesinados a lo largo y a lo ancho de México.
Gloria nacional son, San Cristóbal Magallanes (fusilado en Colotlán, Jal.) y los otros 24 laicos y Sacerdotes que enriquecen el Santoral de la Iglesia Católica.
Conozcámoslos, venerémoslos y pidamos su intercesión para que México no desfallezca en la Fe, atacada ahora más sutil y eficazmente por las fuerzas del mal.