En la Iglesia Católica, por Gracia del Espíritu Santo, han surgido hombres y mujeres que no dudamos en calificar de grandiosos: San Pablo, San Agustín, San Ignacio de Loyola, Santo Tomás de Aquino, Santa Teresa de Ávila y tantos más.
Y entre esta pléyade gloriosa, nos encontramos a una humilde muchachita religiosa, muerta a los 24 años, que nunca salió de su convento y que sin embargo ha dejado en la Iglesia una huella imborrable y ha sido nombrada Doctora en Teología y Patrona Universal de las Misiones: Teresa Martín, Santa Teresita de Lisieux, nacida en Francia el 2 de enero de 1873 y que murió el 30 de septiembre de 1897.
Alma exquisita, enamorada perdidamente de Dios, dejó con su vida y sus escritos, toda una espiritualidad basada en las cosas pequeñas, en lo cotidiano, en la infancia espiritual, aquella que Nuestro Señor pone como condición para entrar al Reino de los Cielos.
??Después de que yo muera, haré que una lluvia de rosas caiga sobre la Tierra" escribió un día y lo ha cumplido. Cuando su cuerpo fue trasladado del cementerio a la Capilla del Convento de Lisieux, no menos de 30.000 personas tomaron parte en la procesión y en nuestra Patria no hace mucho, sus reliquias provocaron un entusiasmo desbordante,"haciendo caer una lluvia de rosas en México".