El Hijo de Dios, nacido de la Virgen MarÃa, vivió en Nazaret cerca de 30 años como "artesano", oficio heredado de su padre adoptivo San José. Pero Jesucristo no vino al mundo a fabricar arados o muebles. Su misión era otra muy distinta y un dÃa, que la Virgen ya presentÃa, Jesús se despidió de Ella para dar comienzo a la predicación del Reino de Dios, que ciertamente no es lo que los rabinos enseñaban y deseaban, o sea, el dominio militar de Israel sobre todos los pueblos, principalmente sobre los romanos.
Después de ser bautizado en el Jordán y de retirarse al desierto, Jesús empezó a predicar en las sinagogas de Galilea, causando sensación porque predicaba "con autoridad" un panorama totalmente distinto al que enseñaban los rabinos. Fue una labor difÃcil y extenuante, arrancando de cero, caminando de pueblo en pueblo, de caserÃo en caserÃo, sin tener ni donde dormir, ni qué comer, atenido a la hospitalidad de sus oyentes.
La novedad de la predicación de Jesús consiste en que el Reino de Dios está ya en nosotros. En el Padrenuestro pedimos a Dios "Que venga su Reino". Debemos abrir nuestras almas y corazones para que Jesús sea nuestro Rey.