Cuando los Cruzados reconquistaron Jerusalén, quisieron descubrir el camino recorrido por Jesucristo con la Cruz a cuestas hacia el Calvario para dar su vida por nosotros.
Desde el Palacio de Pilatos y el cuartel de los soldados, por estrechas y tortuosas callejuelas, establecieron el recorrido y con el Evangelio en la mano, fijaron catorce estaciones conmemorando otras tantas escenas a cual más conmovedoras.
Millones de peregrinos en el transcurso de los siglos han recorrido esta Vía Dolorosa, el Camino de la Cruz, meditando el inmenso amor de Dios por nosotros y tratando de vivir en carne propia lo que sufrió nuestro Salvador.
Podemos hacernos presentes espiritualmente en Jerusalén desde nuestras Parroquias por medio de la Oración y Meditación de las catorce estaciones del Vía Crucis.
Esta devoción es muy adecuada para todos los viernes especialmente los de Cuaresma.