Cuando en el mundo se suscitan situaciones extremas, los cristianos han sabido responder con heroísmo dando testimonio de su Fe en Cristo el Señor. Así sucedió durante tres siglos bajo las persecuciones de los Emperadores Romanos, que nos dejaron un sinnúmero de Mártires cuyos nombres portamos.
En México al principio del Siglo XX se recrudeció la persecución contra la Iglesia y junto con miles de Mártires que derramaron su sangre por Cristo Rey, hubo otros muchos que sin llegar a la muerte violenta, dieron un testimonio maravilloso que todos nosotros deberíamos ser capaces de imitar.
Uno de estos hombres ejemplares fue el Obispo Rafael Guízar y Valencia que sobrevivió la Guerra Cristera en parte debido a su propia astucia y también en buena parte por lo que podríamos llamar buena suerte.
Su vida es interesantísima y nos lleva a vivir la dramática historia de la Revolución iniciada en 1910, que se prolongó con la ??Cristiada? hasta 1937.
Su Santidad Juan Pablo II apresuró su Canonización y podemos ahora dar culto y pedir la intercesión de San Rafael Guízar y Valencia, Obispo de Veracruz.